El fascismo en Italia y el temor a la expansión de la Revolución Rusa

Texto 19
“Por eso era en 1920: toda Italia se estremecía con la fiebre revolucionaria y muy rápido la cosa cambió de carácter. Los obreros pensaron que había llegado el momento de apoderarse definitivamente de los medios de producción. Se prepararon armados para la defensa, transformando muchas fábricas en verdaderas fortalezas y comenzaron a organizar la producción por su propia cuenta. Los patronos fueron apartados o declarados en estado de arresto. Era la abolición de hecho del derecho de propiedad y el gobierno dejaba hacer porque se extendía y tendía a englobar a las otras categorías: aquí y allá los campesinos ocupaban la tierra. Era la revolución que comenzaba y que se desarrolaba de una forma, diría yo, casi ideal”

El texto que hemos analizado fue escrito por Errico Malatesta y lo publico en L’Umanitá Nouova, el 28 de junio de 1922.
En 1920 en Italia, los obreros empiezan un movimiento revolucionario con el fin de apoderarse de las fábricas, con el cual quedaría eliminado el derecho a la propiedad privada, y a su vez, el gobierno (liberal) se sentía impotente para oponerse.Este movimiento se extendió y englobó también a los campesinos.
El texto está relacionado con las siguientes causas fascistas: temor a la revolución rusa y movimientos obreros (en los cuales se apoderaron de algunas fábricas porque querían el control obrero).Por otra parte los campesinos quería ocupar las tierras con el fin de colectivizarlas.


Errico Malatesta ( 14 de diciembre de 1853 Santa Maria Maggiore, Campania, Italia — 22 de julio de 1932, Roma), Errico Malatesta nació en un contexto familiar pequeño burgués del que se desprenderá al comenzar su activismo político trabajando de muchos diferentes oficios, entre ellos el de electricista. Su activismo político empieza a los 17 años, cuando se interesa por la Internacional y el socialismo antiautoritario. En 1872 conoce a Bakunin, de quien se considerará su discípulo. Posteriormente, Malatesta inicia un período de viajes con la finalidad de participar en distintas agitaciones sociales. Entre los países en los que viajó figuran Suiza, España, Egipto, Rumanía, Francia, Bélgica e Inglaterra. En marzo de 1885, para evitar la persecución en Europa, decide huir a la Argentina. Allá fundará sindicatos (la Sociedad de Resistencia Cosmopolita de Obreros Panaderos), promoverá la organización del proletariado, y a la vez se introducirá en fuertes luchas ideológicas con anarquistas individualistas.

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